La hermosa labor de jardinero que, con esfuerzo y dedicación, embellecen nuestro ambiente y le ponen color a la ciudad en un ejercicio de silvicultura, paisajismo, amor y dedicación.
Colorear con flora el paisaje único de ciudades, espacios, empresas y residencias, es la tarea de un equipo humano de más de 350 personas que desde el Jardín Botánico de Medellín (JBM), Joaquín Antonio Uribe, salen cada mañana a realizar esta reconocida actividad que aporta más verde a la ciudad.
“Yo llevo más de 11 años como jardinero y ha sido una experiencia muy linda porque siento que contribuimos aportando oxígeno, verde, color y belleza a la ciudad, sembrando plantas y vida”, comenta Fernando Jaramillo, jardinero experto del Jardín Botánico de Medellín.
Existen jardineros que trabajan para las colecciones vivas al interior del Jardín Botánico, otros especializados en prevención y mitigación del riesgo, que están familiarizados con el tema de tala y poda y por último los jardineros asociados a contratos con entidades públicas o privadas, que son los que ejecutan las tareas en la ciudad y por contratación, trabajan de manera ardua en varias partes de Medellín y Antioquia, en algunas ocasiones de Colombia.
Su uniforme es señal de siembra y recuperación
Muchos de nosotros los vemos a orillas de carretera organizando linderos y jardineras y no nos damos por enterado de que hacen parte del equipo técnico del Jardín Botánico. Su uniforme es muy característico, pues juega con las texturas que se ven en la naturaleza y en varias ocasiones se les ve con grandes sombreros para protegerse del incesante sol o las condiciones adversas del exterior. “Actualmente nuestra labor incluye la siembra de material ornamental, que embellecen los espacios y la implementación de jardines funcionales que ofrecen algún servicio eco sistémico asociado a polinizadores, lo que se conoce como plantas hospederas o nectaríferas”, explica Juan Andrés González Arango, coordinador de proyectos JBM.
Gracias a ellos una gran variedad de especies nos acompañan en el valle y la ciudad
Entre las especies que más emplean los jardineros en los jardines públicos se encuentran: las verbenas, pentas, cupeas, lactanas, toscanas, durantas, lifoendros, linos, begonias, entre otras. Así se contribuye a mejorar muchos lugares de forma visual y al mismo tiempo se estable un ecosistema de plantas y animales en ellos.
“Para implementar estas prácticas de siembra, limpieza y mantenimiento se lleva a cabo una planeación del terreno que se va a intervenir lo que implica repique de esta fertilización y establecimiento del material a sembrar (…) Con los árboles es otro cuento, ya que la siembra se realiza bajo supervisión de las entidades dispuestas para esto como el Área Metropolitana, entre otras, cabe recordar que esto implica una responsabilidad debido al tamaño y los cuidados que conllevan, hasta la fecha nosotros hemos sembrado en la ciudad más de 800 especies”, manifiesta González.
Apropiarse de estos espacios significa cuidarlos y respetarlos
Los jardineros representan un eje fundamental en la dinámica verde de la ciudad, su trabajo se realiza con mucho cariño y voluntad de cambiarle la cara a la ciudad por una más armónica con la naturaleza y el entorno; es nuestro deber el identificar estos espacios verdes y brindarles nuestro sentido de pertenencia para que perduren en el tiempo.