Algunas reflexiones sobre cómo forjar una paz sostenible
Para todos es bien sabido que Colombia está definiendo en la llamada Mesa de Negociación, en la Habana, Cuba, una parte importante de su futuro. Pero también es claro que un eventual acuerdo no significará que hayamos logrado la paz en términos definitivos. Si se acuerda, dicha firma, debería entenderse como un impulso importante en el camino que debemos recorrer hacia un proceso de transformación, pero también debe significar, que aún faltan muchos factores sociales que debemos forjar desde nuestros hogares, sitios de convivencia y de interacción. Lugares y entornos donde la paz no es un acuerdo firmado, sino que se construye desde la conciencia, la participación y la cooperación de todos nosotros.
Los factores de violencia e inequidad tienen su punto de partida como problemas estructurales que debemos tratar sin esperar que nos convoquen como parte de un proceso, por el contrario debe ser un ejercicio de convivencia y compresión, que nace desde nuestra propia iniciativa, como parte de una sociedad encaminada a forjar mejores seres humanos y mejores elementos de una comunidad en armonía y crecimiento.
La educación como principal pilar
Más allá de cualquier diferencia conceptual, posición política, de credo o filosófica, no deberíamos tener duda, sobre la necesidad de trabajar unidos, desde el rol que corresponde a cada cual, para hacer de la educación la puerta abierta de las oportunidades y la inclusión social, así pues, es urgente la necesidad de un cambio en la estructura social para contar con un sistema de justicia eficiente, efectivo, de credibilidad y de respeto por su legitimidad.
“Ejercicios de reintegración a la vida civil lejos de las armas y la violencia, encaminados a la reconciliación, como el programa Cepar (Centro de Formación para la Paz y la Reconciliación), son de gran importancia, ya que proporciona una formación especializada en brindar servicios gratuitos de educación básica primaria, básica secundaria y educación media a personas afectadas por la violencia, provenientes de distintos grupos poblacionales en condiciones de vulnerabilidad social”. Explica María Elena Serna, coordinadora del Cepar.
Una paz que surge desde el interior de cada ciudadano
Pensar, retomar y valorar el papel fundamental que cumple la mujer en procesos de reconciliación y reconstrucción de vínculos en el tejido social, es solo uno de los componentes con los que se puede contribuir a la paz desde nuestra Comuna 9, así como el reflexionar como sociedad en un nivel de tolerancia cero frente a la ilegalidad y la corrupción, sea cual sea su procedencia, para permitir un cambio de pensamiento en lo que se podría llamarse “una paz sostenible”.
“En mi opinión la paz más que un constructo, es una decisión que tomamos cada uno como ciudadanos, cuando asumimos nuestro rol, como elementos de una sociedad, en este caso en nuestra Comuna 9, y acudimos a nuestro llamado interior, de ahí transformamos al ser humano (…) Ser sensibles, ser ciudadanos y estar comprometidos, eso es lo que construye para mí un territorio de paz, porque lo veo desde las bases sociales, donde cada persona es un actor que es parte de este proceso”. Explica Sebastián Poveda G. Estudiante de Planeación y Desarrollo Social y habitante de la Comuna 9, Buenos Aires.
Que sean los mismos medios de comunicación escenarios abiertos, dispuestos y efectivos para convocar y sellar ese pacto sobre lo fundamental, la unión armónica, generosa y perdurable de todos nosotros, alrededor de un interés común, el de vivir en una comuna, en una ciudad y un país próspero, sin violencia y con oportunidades para todos.