Contar para sanar… el miedo
- Corporación Con La 9
- hace 4 días
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“La mayoría de las personas en el mundo pueden escoger a su esposo. Yo no. Y me tocó el más malo de todos”. Con estas palabras inició su relato Dora Lucía Calle en el taller “Contar para sanar”, realizado por la Corporación Interactuando con la 9, con el apoyo de la Alcaldía de Medellín. El espacio tenía como propósito promover la salud mental en la comuna 9 - Buenos Aires, a través de la expresión oral y escrita.
“Yo quedé embarazada en contra de mi voluntad. En ese entonces, si una mujer estaba en embarazo la obligaban a casarse con ese hombre. Él me dio muy mala vida y me maltrataba. Además, en esa época, se decía que los hijos eran de él y no de una, así que se sentía dueño de mis hijos y de mí”, contó Dora.
“Cuando mi hija creció, se convirtió en modelo y a los 17 años consiguió un trabajo por fuera. Yo la dejé ir. Mi esposo estaba viajando. No sé cómo se enteró de que ella no estaba en la casa. De inmediato me llamó y me dijo: “¿Dónde está mi hija?”. Yo le respondí que estaba conmigo. Estaba aterrada. “¿Segura?”, me dijo. “Voy a coger un avión y si ella no está cuando llegue, te las ves conmigo. Lo que le pase a mi hija es culpa tuya”.
Apenas llegó mi niña, cogí al niño y a ella. Sin maletas, sin nada, nos subimos a un taxi y le pedí al conductor que nos llevara a Santo Domingo. Yo estaba en shock. Sabía que si ese hombre nos encontraba, era capaz de matarme. Tenía mucho miedo. La niña me preguntó: “¿Para dónde vamos?” y yo, en automático, le respondí: “Para donde la prima”. Estaba tan asustada que no fui capaz de guiar al taxista; fue mi hija quien lo hizo”.
Esa noche, gracias al coraje de Dora, ella y sus hijos pudieron empezar una vida libre de maltrato: “Nunca nos encontró porque se trataba de una prima que él no sabía que existía. No lo volví a ver en muchos años, hasta hace poco, que nos encontramos por casualidad. Me saludó y ya”.
Por fortuna, Dora logró escapar de su victimario. Sin embargo, muchas historias similares a la suya no han tenido un desenlace feliz. Ella nos permitió compartirla con el deseo de que su experiencia sirva de inspiración para que otras mujeres que hoy atraviesan una situación parecida, sepan que hay esperanza y que, con un poco de valentía y determinación, pueden transformar su destino.
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