Acerca de la problemática de recolección y manejo de residuos sólidos en la Comuna 9
¿Qué se podría decir cuándo se observa decenas de bolsas plásticas rellenas de basura apiladas en la esquina de una edificación destinada a formar y educar a los niños y niñas de un sector de la ciudad?, ¿se puede hablar de la falta de cultura ciudadana cuando esto ocurre frente a la mirada impotente de las personas que a diario transitan por esa zona?, ¿por qué el depósito de residuos sólidos se ha vuelto un problema de salud pública en Buenos Aires?
Estos y otros cuestionamientos dan vueltas en las cabezas de muchos de los ciudadanos y líderes comunitarios que ven cómo algunos espacios en sus barrios fueron elegidos de manera arbitraria para depositar toda clase de residuos sólidos, trayendo con ellos afectaciones a nivel de salubridad, urbanidad, sana convivencia y cultura ciudadana.
Nuestro barrio también es nuestro hogar
Si bien el Oosouji (técnica japonesa orientada a la serenidad y descarga de malas energías por medio de la limpieza del hogar), habla de lo sanador y terapéutico que puede ser limpiar nuestros lugares de residencia, es paradójico como algunos residentes, de las cuatro franjas de la nuestra amada Comuna 9, terminen botando sus basuras en lugares donde no está permitido, contribuyendo a la contaminación de fuentes hídricas, espacios educativos y lugares de encuentro.
“La cuestión no es acerca de que, si podemos o no botar basura, aquí el asunto es que lo debemos hacer a las horas correctas, del modo correcto y en los lugares indicados. No podemos seguir dejando la esquina del renovado edificio de la Sección, Escuela Alejandro Echavarría (calle 50 con carrera 15) llena de basuras, malos olores y vectores como ratas e insectos que traen enfermedades a nuestros niños y a la población en general”, explica Julio Cesar Montoya Bastidas, habitante del barrio Alejandro Echevarría y líder comunitario.
Tomemos conciencia por el bien de nuestro entorno y la salud de nuestra gente
Según Julio Cesar y varios habitantes preocupados por esta problemática hace falta mucha cultura ciudadana, pues si bien existen varios espacios para ello, como los destinados sobre la calle 51, algunos habitantes prefieren ahorrarse el esfuerzo y depositar las basuras en lugares indebidos. Pero no es solo el fenómeno de acumulación el que ha traído problemas en varios puntos críticos a lo largo y ancho de la 9, también la falta de ciudadanía de algunas personas que sacan sus basuras en días y horas que no son, agravan considerablemente esta situación.
“Muchas personas no se toman ni siquiera la molestia de averiguar qué días pasa el camión de la basura y depositan de manera inconsciente todos sus residuos sólidos en lugares que no son aptos para ello. Tenemos que alinearnos con las políticas de salud pública de nuestros barrios, eso significa enterarnos de cómo manejar nuestros residuos de una forma correcta y evitar estas acumulaciones que hablan mucho de nuestro actuar como habitantes, vecinos y personas que pretenden mejorar las condiciones de vida de un barrio o sector”, manifiesta Jesús María Escobar, edil de la Junta Administradora Local (JAL).
Este problema lo tenemos que afrontar todos juntos
Barrio Medellín Sin Tugurios a la altura de la calle 29 con carrera 26D, Barrios de Jesús en la calle 49A cerca de la calle 49BB, Caunces de Oriente, frente a toda la Estación de Policía, son algunos de los puntos, por nombrar unos pocos, más críticos de Buenos Aires donde la acumulación desmedida ha traído muchos problemas sanitarios y en ocasiones daños ambientales a quebradas y zonas verdes.
“Es triste ver como a lo largo de quebradas como Santa Bárbara o La Cangreja, entre otras, la gente, sin el menor reparo, arroja sus desechos directamente sobre éstas o a sus alrededores. Nos falta tomar mucha conciencia ambiental y aprender sobre el manejo de nuestras basuras, es importante también resaltar que hacen falta gestionar contenedores para este sector y para muchos otros en la Comuna 9, contenedores que nos pueden evitar muchos dolores de cabeza y mejorarían sustancialmente la calidad de vida de muchas personas”, concluye Julio Cesar Montoya.
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