Los caracoles africanos son una especie exótica invasora que se propaga sin control, son una plaga que al ponerse en contacto con el ser humano o con los animales afectan su salud, ya que los parásitos que transmiten completan su ciclo de vida en los roedores y llegan a los humanos accidentalmente.
Los caracoles africanos se comen la materia fecal de las ratas y de las mascotas, de ahí que el contacto con ellos es peligroso para la salud humana, porque las personas pueden adquirir bacterias patógenas.
Los estudiosos de estos animales recomiendan no tocar la baba que producen estos caracoles, ya que las infecciones que transmiten son complejas de establecer para los médicos y pueden afectar las vías respiratorias, la piel y el organismo en general.
Estas especies tienen la capacidad de poner de 100 hasta 450 huevos y lo hacen desde los tres meses de nacidos. Esa propagación desenfrenada se produce especialmente en los parques y en las zonas verdes, lo que pone en peligro la integridad de la población.
Impacto social
Según voceros del Área Metropolitana, los caracoles africanos son vectores epidemiológicos, porque se desplazan por áreas contaminadas y se alimentan de cualquier material orgánico, como de las heces fecales de humanos, de las ratas y de otros animales, incluso, hasta de cadáveres de animales.
Además, albergan en su cuerpo una gran cantidad de microorganismos, como bacterias, hongos, virus y demás.
Afectación ecológica
Los caracoles africanos se alimentan de alrededor de 500 variedades de plantas, por lo que son dañinos para los cultivos y le producen pérdidas a sus dueños, quienes deben invertir altas sumas de dinero en su control y manejo. En muchas ocasiones provocan la erradicación de las plantas y un tratamiento especial de los suelos para poder volver a sembrar.
La presencia de estas especies en los cultivos implica también inversión en capacitaciones, inspecciones, acompañamiento, compra de insumos y sensibilización a las comunidades para el manejo, control y disposición final.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, los caracoles africanos son la segunda causa de extinción de las especies. Ellos deterioran el hábitat, pues se apropian de los espacios y los adaptan a sus necesidades.
Los caracoles africanos causan daños a los ecosistemas, a los cultivos, a la salud, a las especies nativas, a las personas, a las propiedades y al medio ambiente.
Estos animales compiten con otras especies por espacio, sustrato, luz, nutrientes, alimento, espacios de reproducción y otros recursos vitales para otras formas de vida nativas.
Esperen una segunda parte de este informe especial en el que les contaremos cuál es el tratamiento que se les debe aplicar, de dónde vienen y cuáles son las sanciones penales para quienes los manejan indebidamente. ¡No se lo pierdan!
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