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  • Corporación Con La 9

Amor infinito por una población que merece todo nuestro apoyo


Acerca de la labor en la Fundación Jardín de Amor


Una hermosa y ardua labor enfocada a los niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad se lleva a cabo desde hace casi 20 años en pleno corazón de la 9. Se trata de Jardín de Amor, una fundación que se preocupa por aquella población infantil y juvenil que han sufrido los embates de una vida difícil en medio de situaciones familiares complejas y que encuentran en la fundación un oasis, un refugio con el cual contar.


Yolanda Ballesteros Álvarez o Mamá Yoli, como todos la conocen, es la directora y fundadora de la institución, ella es una mujer con un carisma infinito que con su personalidad siempre sonriente y dispuesta al diálogo ha logrado con mucho amor y entrega sacar a delante esta sede ubicada en el barrio Miraflores y que hoy atiende a más de 30 jóvenes y niños con un completo equipo de trabajo interdisciplinario que acompaña a los chicos y chicas a encaminar su vida por el sendero de la formación académica y la sana convivencia.


“Por medio de un programa de la Secretaría de las Mujer llamado La Escuela Busca la Mujer Adulta me he capacitado en el manejo de esta clase de situaciones difíciles que viven nuestros jóvenes y niños (…) Con esta formación, sumada al programa Manejo a la Primera Infancia que recibimos en el Sena, nos hemos empoderado de esta labor como educadoras con el fin de mostrarles a esta población oportunidades y herramientas para salir adelante”, expresa Yolanda.


Nueva sede, nuevos sueños


Yolanda conoce muy bien que es vivir la calle y estar en una situación difícil, de necesidad, pues ella también lo vivió y sufrió en su niñez, de ahí surge su interés por hacer algo acerca de aquellos que no tienen oportunidades ni un camino claro en sus vidas.


En principio la idea nació en diferentes veredas aledañas a Guarne, pero viendo la necesidad de brindar un completo proceso académico (primaria, bachillerato), decidió venirse a la urbe y con la ayuda de la empresa privada (Institución Universitaria La Colegiatura, Corona, Carnes Casa Blanca, El Tenedor de Oro, Banco de Alientos Saciar, entre otros particulares anónimos) y diferentes donaciones de personas que han creído en el proceso se logró consolidar una sede en la Comuna 9. Una casa de tres plantas que fue donada en comodato y que ha servido durante este tiempo para encaminar la vida de cientos de jóvenes y niños.


“Ras Torres es una persona que actualmente se encuentra fuera del país y que me donó esta casa para llevar a cabo nuestra labor, gracias a él hemos tenido una sede que alberga, en este momento y por pandemia a 30 personas en proceso, entre jóvenes y niños, ya que si no estuviéramos en esta crisis sanitaria serian 60 aproximadamente”, comenta Yolanda.


Amor desde la autogestión


Un proyecto que nace, totalmente, desde la autogestión, que se ha llevado a cabo gracias al interés de personas, muchas veces anónimas, que brindar un granito de arena al proceso y es por eso que es tan importante las donaciones que se hacen a la fundación, ya que con estas se logra dar una alimentación y estadía digna a esta población que han vivido la mayor parte de su temprana vida en situación de extrema pobreza.


“Soy administradora de empresas y técnica en ventas y llevo ocho años trabajando con la Fundación, lo que más me toca el corazón y me mueve cada día es trabajar el tema de los principios y los valores con las familias de las chicas y chicos, ver cómo se logra recuperar ese vínculo familiar por medio del trabajo que realizamos es muy satisfactorio y, a su vez, saber que con nuestro aporte estamos transformando esta sociedad”, aclara Paula Andrea Serna Ballesteros, coordinadora administrativa de la Fundación Jardín de Amor.


Con las donaciones y las recolecciones la fundación realiza bazares, bingos y cenas de beneficencia para obtener ayuda, manutención y sostenibilidad. Con el Inder se han hilvanado esfuerzos con el programa Mientras Volvemos a Casa para brindarle a las niñas y niños actividades lúdicos recreativas.


Solidaridad


“A Mamá Yoli la considero mi segunda madre y me siento muy contento de estar aquí compartiendo con todos los otros chicos como una gran familia”, comenta Rubén Darío Grajales Mota, 13 años de edad, participe del proceso en Jardín de Amor.


Si quieres donar y aportar al proceso de Jardín de Amor puedes comunicarte por medio de sus redes sociales: Facebook Fundación Jardín de Amor, a su sitio web http://www.jardindeamor.org/, al correo electrónico funjardindeamor@gmail.com ó al teléfono: 300 8712978.


“Aquí en la fundación me siento feliz y me entretengo mucho con las actividades, porque fuera de que nos ponen a leer también nos enseñan a hacer muchas manualidades”, manifiesta María Ángel Montalvo de la Cruz, 10 años de edad, participe del proceso en Jardín de Amor.


¡Tu ayuda es muy importante y dará oportunidades a una persona que realmente las necesita!

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