Si se piensa en visitar lugares turísticos (una vez superada la pandemia de la COVID-19) de relevancia para conocer y disfrutar de ellos se tiende a pensar en sitios que se encuentran a una distancia considerable de la ciudad en la que se vive o se encuentra. Desde Medellín surgen nombres como Santa fe de Antioquia, Guatapé, Jericó o Carmen de Viboral, entre otros; municipios que están, mínimo, a una hora de distancia, pero nunca se piensa que a escasos 14 kilómetros se encuentra Sabaneta.
Para llegar a él hay que atravesar Medellín y Envigado. Este municipio que esta al sur del Valle de Aburrá, es un lugar que se ha urbanizado de manera exponencial pero que aún conserva esos elementos característicos de la tradición paisa, que pueden ser de interés a la hora de conocer nuevos lugares.
Juan Esteban Ríos Arredondo es un joven de 28 años de edad, se desempeña como programador informático y desde hace 8 años vive en Sabaneta. El comenta que está feliz y orgulloso en donde vive y labora.
“Desde que llegue aquí ha sido muy diferente, porque siempre me he sentido muy seguro, todo se encuentra muy cerca de donde vivo, la gente es muy amable y realmente es un buen vividero (…) En comparación a otros lugares en el Valle de Aburrá, Sabaneta es muy seguro y todavía conserva esa inocencia que otros lugares perdieron con la presencia de grupos de delincuencia o combos”, comenta Juan Esteban.
Son 15 kilómetros cuadrados que conforman el área urbana, lo que lo convierte en el municipio más pequeño de Colombia, en los cuales los sitios de interés están dentro del mismo pueblo, en específico la casa de cultura, La Barquereña y el parque central.
El corazón del municipio
El parque del municipio representa el lugar clave de encuentro, pues en el confluyen el comercio y la vida social de los habitantes de la ciudad. Allí se encuentra la tradicional Iglesia Santa Ana, la cual cada martes recibe, en promedio, unas ocho mil personas que llegan de diferentes partes del Área Metropolitana para rezarle a la virgen María Auxiliadora. Además, el parque cuenta con lugares de recreación y ocio para descansar y disfrutar en familia o con amigos. Un excelente plan es ir a degustar los famosos buñuelos del parque, los más grandes del Valle de Aburrá.
La Barquereña es una edificación creada en 1946 de estilo campestre que, a pesar de estar ubicada ahora en plena zona urbana, no ha perdido ese aire de antigua hacienda montañera. Allí se puede hallar toda la agenda cultural de Sabaneta, además de talleres artísticos, de formación, cultura, entre otros.
Celebraciones todo el año
Cómo en todo pueblo es tradicional las fiestas y celebraciones y en este municipio las Fiestas del Plátano, son el motivo de preparación durante la primera mitad del año; estas se realizan en el mes de junio y hacen alusión a todos los cultivos de plátano que había en décadas anteriores en el territorio. Otras de las grandes celebraciones son la Navidad en Familia y el Festival de Coros en el mes de diciembre.
Por otro lado, la comida es algo obligatorio que deben probar, “Definitivamente los buñuelos que venden en el Parque de Sabaneta, son demasiado ricos, son deliciosos, al igual que las empanadas, la famosa morcilla y los platos típicos de gran tamaño, ya que son pensados para saciar el hambre de los antiguos arrieros que recorrieron el municipio (…) Para ello es clave recorrer sus calles a pie para conocer más acerca de su gente, sobre las construcciones y la historia”, concluye Juan Esteban.
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