Entender que la gestión y la articulación de procesos dependen de la injerencia y el empoderamiento, es entender que para pensar un territorio hay que hacerlo, de forma ideal, desde temprana edad, desde la juventud, donde el entusiasmo, las ganas de mejorar lo que se tiene y de construir comunidad se encuentran en su más puro estado.
Cristina Higuita y Laura Arboleda son dos chicas que se han vinculado a la labor social desde hace varios años, desde diferentes frentes, y que hoy día hacen parte del Concejo Comunal y Corregimental de Participación (CCCP) por el sector juventud.
“Sueño, desde el CCCP, construir el directorio y la mesa de juventudes para la Comuna 9. Será poderoso caracterizar y georreferenciar no solo desde las construcciones sociales sino también desde lo que implica ser joven en el territorio, incluyendo cada una de sus dinámicas, sueños y apuestas”, explica Higuita.
Dos visiones de comuna y un solo objetivo por la juventud en territorio
Dos visiones de comuna que confluyen en un solo actuar para desarrollar diversos planes, acciones y estrategias por una línea estratégica que busca impulsar, incentivar y desarrollar estas estrategias comunitarias para el beneficio de la población de 14 a 28 años.
Una profunda motivación por impulsar espacios de participación y de incidencia social, tienen en mente estas dos jóvenes, que ven en esos escenarios de deliberación una herramienta útil para desarrollar acciones por la juventud y los habitantes en la 9.
Por un lado, Cristina Higuita es una líder innata en la 9, ha llevado a cabo diversos procesos con grupos juveniles y culturales en Buenos Aires como: el Grupo Juvenil Nativos, Grupo FresClass, entre otros; brindando a los jóvenes herramientas para desarrollar sus aptitudes y habilidades sociales, bajo premisas como la participación y el trabajo en equipo.
El interés de Higuita es planear estrategias para impactar de manera positiva la comunidad, trabajando con diferentes organizaciones sociales y entes descentralizados como la Junta Administradora Local (JAL) y algunas Juntas de Acción Comunal (JAC), así mismo, de la mano de Secretaría de Juventud, el Inder, Área Metropolitana, entre otros.
“Inicié muy joven en procesos con grupos juveniles, con las comparsas y los espacios donde pudiera hacer innata mi presencia en el territorio. Allí empecé a entender que la vocación desde lo comunitario, social y cultural es un asunto de convicción, de amor y de voluntad”.
Por otro lado, Laura Arboleda, futura profesional en Gestión Administrativa del ITM, becada por Presupuesto Participativo (PP), es otra de esas mujeres que se ha hecho a pulso en la 9, llevando a cabo importantes aportes al desarrollo social, así como a la gestión, coordinación y creación de varios medios de comunicación, fortaleciendo el Sistema de Comunicaciones de la Comuna 9.
Una mujer que, actualmente, trabaja por el bienestar de esta población en la comuna y como suplente para CCCP se ha tomado su labor social muy enserio, ya que con ella ha logrado realizar importantes diagnósticos de grupos juveniles y artísticos en territorio con el fin de tener un panorama claro y conciso del pan de acción a seguir en estos años de gestión.
“El pasado mes de abril tuvimos un importante encuentro en la Casa de la Cultura El Ávila, donde trabajamos varios talleres de formación con jóvenes de diferentes partes de Buenos Aires, acompañados de la Secretaría de Juventud y líderes juveniles. Fue una oportunidad muy valiosa de entender las necesidades y planes a futuro de los y las jóvenes en territorio con el fin de concretar la Mesa de Juventud de la 9”.
La participación como herramienta de gestión juvenil
Según Arboleda lo que se pretende con la gestión por juventud en el CCCP es que, efectivamente, este recurso no sea centralizado y aislado del accionar social y participativo, sino que potencie el arte, la cultura, la movilización social, el pensamiento crítico en los jóvenes.
“Sentimos que es necesario que los jóvenes tengan espacios de encuentro y visibilización para vincularlos a estrategias donde los y las jóvenes sean el aporte político de la renovación en los escenarios de participación. Eso implica involucrarnos para que estos espacios sean una oportunidad de alejarse de malos pasos y tener acceso a la educación de forma equitativa y efectiva, y así, todos puedan ejercer y ser parte de esa transformación social”, concluye Higuita.
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