Contar para sanar… la enfermedad
- Corporación Con La 9
- hace 5 días
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Cuando Marina Higuita llegó al club de vida “Viejos Soñadores” no podía caminar. Meses antes había sufrido un accidente cerebrovascular que no solo limitó el movimiento de sus piernas, sino también muchos aspectos de su vida. Sin embargo, gracias a la alegría de sentirse rodeada de personas que la quieren y apoyan, no solo ha vuelto a reír: también ha encontrado la fortaleza para volver a mover sus piernas.
Y es que no somos solo mente ni solo cuerpo: somos un sistema integrado donde lo emocional, lo social y lo físico se conectan. Cuando la tristeza y la soledad se vuelven constantes, no solo afectan el ánimo, sino que generan reacciones en el cuerpo capaces de desencadenar problemas que van desde inflamación hasta enfermedades crónicas.
“Muchos adultos mayores de nuestra comuna se encuentran muy solos, y eso los está matando”, afirma Rosalía Restrepo Pino, presidenta del club de vida “Viejos Soñadores”. Lejos de ser una metáfora, esta es una realidad respaldada hoy por la ciencia. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la soledad y el aislamiento social afectan a todas las edades y tienen un impacto profundo en la calidad de vida, la salud física, la salud mental y la longevidad.
En 2023, un grupo de científicos en China revisó más de 90 estudios realizados en distintos países, que reunieron información de más de 2,2 millones de personas observadas durante 50 años. Los resultados confirmaron que estar solo aumenta el riesgo de muerte por cualquier causa en un 32 %.
Del mismo modo, una investigación de la Universidad de Harvard reveló que los adultos de 50 años o más que sufrían soledad crónica tenían un 56 % más de riesgo de padecer un accidente cerebrovascular en comparación con quienes no la experimentaban.
Por eso, contar con un grupo de personas con quienes escucharnos y sentirnos escuchados no es solo bueno sino necesario para preservar nuestra salud mental y física.
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