Actualmente el bullying es un término mencionado en muchos escenarios, pero poco se dimensiona su verdadero alcance, suele tomarse a la ligera como una práctica normal entre jóvenes o niños y niñas aceptándolo como una modalidad de “juego”. A pesar de que han sido fuertes las campañas informativas y de prevención aún no se ha podido reducir esta práctica en los diferentes escenarios: sociales, culturales y educativos.
Uno de los espacios idóneos para cualquier proceso de aprendizaje es el campo educativo donde además de afianzar aspectos académicos, se integra a la familia, los estudiantes y sus profesores quienes se relacionan gran parte del tiempo, allí se puede identificar el trato entre unos y otros, siendo este un punto crítico. Recientemente han surgido diversos estudios donde se caracterizan las formas de agresión que afectan a los escolares no solo en Colombia si no en cualquier parte del mundo, entre ellos están la violencia de tipo sexual ,física y psicológica que además con los últimos avances tecnológicos también se traslado a los medios digitales por medio de las redes.
El término Bullying en inglés tiene su fundamento en el acoso y la discriminación a condiciones como raza, orientación sexual, estatus social, discapacidad o simplemente el hecho de ser diferentes pueden desencadenar esta agresión. Aquel que aplica este tipo de violencia lo hace para demostrar su poder, haciendo sentir culpable a la víctima que se ve imposibilitada la mayoría de veces para defenderse.
Se cree que en el desarrollo de los niños y niñas son comunes las conductas violentas, entendiéndose como una situación natural como si se tratáse de una práctica propia de su edad, frases como “el se lo buscó” o “ellos juegan así” naturalizan y promueven la violencia incitando estas conductas de manera consciente e inconsciente.
Unicef en su Informe “Ocultos a plena luz” hace una compilación de datos sobre las violencia en contra de los infantes, arrojando cifras impactantes acerca del alcance del abuso físico, sexual y emocional mostrando actitudes que perpetúan y justifican la violencia en todos los países y comunidades del mundo. Este informe toma datos de 190 países documentando la incidencia en escenarios como la sociedad, la escuela y los hogares, detallando los efectos a largo plazo sobre los menores que al estar en medio de esta problemática ven afectados no solo el aspecto académico, sino tambien en el ámbito emocional.
Según el tipo de acto la violencia se clasifica como:
Violencia Física: Es en las que se presentan lesiones físicas como golpes, empujones o con cualquier tipo de objetos.
Violencia Verbal: Es la que se da a través de las palabras con insultos, sobrenombres, calificativos, ridiculización y discriminación.
Psicológico: Se caracteriza por acciones u omisiones que provoquen daño emocional, tales como exclusión, la difamacióny la presión social.
Cyberbullying: Es donde se presentan acciones de acoso por medio del uso de la tecnología aprovechando, en la mayoría de los casos, el anonimato con el que se cuenta.
Muchos jóvenes renuncian a su derecho a la educación porque no quieren asistir a clases por temor a ser agredidos, ya que en muchos casos este es reiterativo, pierden su intimidad, su dignidad, convitiendose en una carga difícil de llevar.
Entre los rasgos de personalidad que los psicólogos atribuyen a los menores que aplican violencia suelen destacar la personalidad egocéntrica o con tendencias narcicistas, que ejercen presión o agreden a uno o mas compañeros para establecer su poder sobre ellos, mostrar superioridad o una posición social. En la otra cara de la moneda están aquellos que tienen una personalidad sumisa, introvertidos, que por su dificultad de comunicarse es poco probable que pida ayuda.
Resulta imposible erradicar el acoso o bullying en los diferentes ámbitos que se presentan, incluso en ocasiones es difícil de identificarlo, pero sí se puede examinar con detenimiento cómo influye e impacta la agresión a quien la sufre. La intencionalidad es clave, es el punto de ruptura entre juego y la agresion, respecto a ello están quienes sufren pasivamente, con poca habilidad o confianza en sí mismos, con la imposibilidad para defenderse o buscar ayuda.
Por otra parte, están los que deciden protegerse del acoso escolar, generalmente es influenciado por adultos quienes los incitan para defenderse, lo que implica responder al acto violento con otro acto de la misma magnitud. El silencio también es una expresión de violencia por lo que se debe promover el desarrollo adecuado de la comunicación.