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Astrid Balvín

Crisis de la salud: una mirada al sistema de salud de Colombia



Antes de 1993 el sistema de Salud en Colombia estaba creado para dar un aseguramiento a la mayoría de la población trabajadora y permitía que algunas entidades con un fuero especial, ofrecieran esta atención a las personas vinculadas a ellas. El resto de la población era atendida en hospitales públicos o médicos particulares. En este sistema, se encontraban diferentes tipos de direcciones que promovían campañas de prevención y control de enfermedades y programas de atención a la salud. Con todo esto, el sistema de salud colombiano era ineficiente y no lograba cobijar a toda la población, razón, por la que surge la ley 100 de 1993 con la que se crea un Sistema de Seguridad Social Integral como “el conjunto de instituciones, normas y procedimientos, de que disponen la persona y la comunidad para gozar de una calidad de vida (…)”, buscando garantizar sus derechos irrenunciables.

Junto con el surgimiento de esta ley se promovió la creación de lo que serían las Entidades Promotoras de Salud E.P.S que como ustedes ya bien saben son las que promueven la afiliación al sistema de seguridad social, y ellas no prestan los servicios médicos sino que su función es netamente administrativa y comercial. Esto ha ocasionado que la salud en Colombia se convirtiera en un negocio en el que se estratifica de acuerdo a la capacidad económica de cada persona, es decir, la cantidad de dinero que un individuo quiera invertir en la salud es directamente proporcional al nivel del servicio que se le brinda en un alto porcentaje de los casos.


A lo largo de este tiempo los colombianos hemos podido vivir en diferente medida este deterioro ya sea como pacientes o médicos.


Adriana Zamudio es médica general de piso en el Hospital San Rafael y ha podido presenciar el deterioro de la salud colombiana:

“El servicio de salud se convirtió como una peluquería, como un centro comercial, en el que el producto; tristemente en este sistema de salud, es activo, son las vidas humanas, por eso es que es tan grave, porque mientras existan las EPS y mientras exista esa competencia entre ellas, la salud va a estar cada vez más deplorada, entonces el médico va a estar atado de manos, porque como la EPS funcionan como negocio, lo que les conviene es que haya mucha gente enferma para poder cobrar parte de la atención; sacar su tajada por así decirlo y quedarse con gran parte de los recursos que deben ser destinados para otras funciones como son la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad, que es lo que realmente le interesa a un país; no tener gente enferma y que es lo que realmente le interesa a un hospital, que la gente vaya pero para que le brinden recomendaciones, asesorías, no que llegue en estados tan deplorables como los que veo en el hospital” .


Al tener un sistema de salud que funciona basado en la enfermedad las IPS (Instituciones Prestadoras de Servicios) viven quebradas ya que el dinero que les debe ingresar por los servicios que prestan; las EPS dilatan el proceso de desembolso poniendo trabas y obstáculos, que se ven reflejados en la escasez de medicamentos, de implementos para la atención de los pacientes y en la falta de nómina para pagar a sus empleados.


Si vamos un poco más de fondo nos encontramos con algunas contradicciones y falencias desde el proceso de formación de los médicos por dos factores: Primero, el proceso de formación está basado mayormente en guías internacionales de medicina creadas en países primermundistas como Estados Unidos y varios de la Unión Europea, hay que tener presente, que estos países tienen unas condiciones aptas para que su sistema de salud funcione, por lo que las investigaciones que componen estas guías se hacen con medicamentos costosos y es eso lo que se le enseña al médico en formación. “Cuando vos salís como profesional, salís con la expectativa de que el campo va a ser acorde a esas guías que estudiaste, que vas a tener todos los medicamentos que estudiaste, todos los tratamientos, todas la intervenciones, ¡pero no! porque tenemos lo que es el POS y el NO POS; lo que está en el POS es lo que se brinda sin ninguna condición, pero lo que está en el NO POS, usted no se lo puede dar al paciente si primero no hace un trámite administrativo que se llama CTC, este trámite debe ser valorado por la EPS para mirar si el costo-beneficio es favorable para el paciente sin importar que esté avalado por la guía europea, americana o la que sea, si la EPS considera que su criterio médico puede estar un poquito desfasado hablando en términos económicos simplemente no le da el tratamiento al paciente o te dice: no doctor porque no le envía este tratamiento que también es muy bueno y no es tan costoso, pero realmente lo que muestra la evidencia es que es el costoso el que le sirve, entonces ahí viene la contradicción, vos vas a hacer una medicina que no fue la que estudiaste”, explica la médica.


Segundo, en algunas instituciones se le enseña al estudiante sobre la medicina social que se basa en la promoción de la salud y prevención de enfermedades pero son pocos los estudiantes que encuentran interesante este tipo de medicina. “A los estudiantes, te lo juro que no les gusta la salud pública ¿qué es lo taquillero para el estudiante de medicina? la guía y son guías que están basadas en pacientes que están muy complicados, y no entienden que si evitamos que el paciente llegue a ese estado, ese es el estado óptimo, que el médico no tenga que actuar ciento por ciento sobre el paciente, sino que el paciente sepa lo que está pasando y evite llegar a ese punto. Ahora, cuando vos miras un país tercermundista como Colombia en el que pobreza es tanta ¿qué es lo que pasa? Tenés un paciente en un estado grave que tenés que recetarle medicamentos que estén en el POS y que por el estado de su enfermedad muy seguramente no le serán tan efectivos, supongamos además que ese paciente va a necesitar oxígeno y resulta que él, no tiene luz para conectar el concentrador. ¿me hago entender? son como esas contradicciones, donde vemos que la salud es solo un pedacito de lo enfermo que está un país en todos sus ámbitos” dice la doctora Adriana y agrega: “para mí los culpables de esta crisis no son los hospitales ni los médicos son: Primero, las EPS´s; segundo, es el Estado que permite que las EPS’s funcionen; y tercero la corrupción. Conciben a las EPS’s como que tienen ciertas restricciones y que esas restricciones van a ser reguladas por la Superintendencia de Salud, cuando tú vas a ver el edificio de la Superintendencia de Salud, no funciona, está cerrado. Si el regulador está funcionando mal, si quien está previendo que las cosas si se lleven a cabo no funciona; imagínate.


Mira otro problema; el costo de los medicamentos, no está bien regulado que los laboratorios pongan precios justos, nosotros tenemos medicamentos que valen incluso hasta 300% más que por ejemplo en Venezuela. El costo de la salud en Colombia es supremamente elevado, lo triste es que esa plata no se queda en el hospital sino que se la lleva la EPS. La salud es la puntica del iceberg que se esconde en cuanto a la problemática del país”


A pesar de que ahora el sistema de salud en Colombia parece no ser muy favorable para el habitante promedio nos encontramos con la experiencia de Nélida Restrepo Escobar; una docente de la Institución Educativa Federico Ozanam del barrio Buenos Aires y residente del mismo sector, quien no ha tenido experiencias desagradables con su entidad prestadora de salud: “De forma muy particular, a pesar de los comentarios de muchos compañeros, a mí, con los servicios que me brinda la EPS que cobija a los maestros me ha ido muy muy bien, todo lo que he solicitado lo he tenido, cuando ha sido citas para médicos, las he conseguido fácil, incluso me facilitaron hace año y medio una cirugía que necesité, fue un proceso bien llevado, lo único que yo pudiera decir de manera no muy positiva es que todo el tiempo que transcurrió desde que inició el malestar que yo tenía, con relación a la posible enfermedad que había, fue un tiempo muy largo, porque duró casi dos años y medio, pero cuando la situación se complicó un poquito, inmediatamente me atendieron y en menos de una semana me hicieron exámenes y como al mes y medio me llamaron al cirugía”. y agrega: “No sé si es que las enfermedades que yo he sufrido no eran cosas complejas, que por esa razón tenga esa valoración de la EPS, no sé, si viviendo otras situaciones ya la atención puede ser distinta, como la de las personas que escucho hablar de enfermedades complicadas y medicamentos costos, en los que tienen que recurrir a recursos como tutelas, a reclamaciones fuertes, o en las mismas instalaciones de la EPS he escuchado gente haciendo reclamos porque la EPS queda de darles un medicamento para una fecha y no se los tienen y terminan comprándolo de forma particular”.


Aunque el panorama no parece muy alentador debemos tener presente que es el individuo quien en conjunto construye la sociedad y mientras aún sigan existiendo personas que sean conscientes de la calidad humana y del valor y el respeto a la vida, sigue existiendo la posibilidad de que las cosas puedan ser diferentes.


“Uno trata de transformar desde adentro; desde lo que soy como persona y lo que puedo ofrecer como profesional, yo trato de humanizar la carrera, yo creo y concibo la medicina como una profesión humana; que debe ser humana, que no se debe dejar enlodar por ver la vida como un producto y ponerle precio” dijo la doctora Adriana Zamudio.


Sabiendo que, como ella existen muchas personas que tiene esta perspectiva de desempeñar su carrera con un enfoque más social, desde el campo que sea, aún se puede seguir pensando en que esos pequeños aportes pueden ayudar a la transformación y solución de las problemáticas de un país.

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