El Calliandra medellinensis o Carbonero de Medellín, es una especie arbórea endógena que muchas veces pasa desapercibida a nuestra vista, teniendo en cuenta su trascender de décadas como testigo silencioso de nuestro trasegar en la urbe.
Uno de los individuos más representativos se ubica en el Parque de Bolívar y a pesar de llevar a cuestas el nombre de la ciudad es una especie que tiene muy poca presencia en ella, clasificada como tal en los años 40 ó 50 por la pareja norteamericana Britton y Killip, en la actualidad sólo quedan seis ejemplares.
“Su flor es muy característica y llamativa, es de color rojo. El Carbonero de Medellín un árbol que crece a los 1.470 metros sobre el nivel del mar y no se ha logrado su reproducir hasta ahora (…) El Calliandra medellinensis se distingue de los demás carboneros por una hoja más pequeña y una flor más despoblada tipo cono”, explica Evelyn Salazar Quiceno, coordinadora socioambiental del Jardín Botánico de Medellín.
Colecciones del ejemplar se encuentran en los herbarios de la Universidad de Antioquia y en Missouri (USA). Hoy sólo quedan seis árboles, cinco de ellos en el Parque Bolívar y uno más en la plazoleta de Mon y Velarde. Según Salazar los ejemplares del Parque Bolívar se encuentran en mal estado. Varios de ellos son viejos y repletos de epífitas como el matapalos, una bromeliácea que poco a poco los va asfixiando.
En muy importante que tomemos conciencia de las especies arbóreas patrimonio de nuestra ciudad para conservarlas y protegerlas, pues si nosotros no lo hacemos están condenadas a desaparecer en el más triste de los silencios y frente a la mirada indiferente de todos.
“Si no se actúa de forma inmediata, la ciudad perdería un árbol patrimonio exclusivo, que lleva su nombre en la denominación científica internacional”, concluye Salazar.
