Adentrarse en el mundo creativo de Santiago Ríos equivale a sumergirse en un diálogo con lo antiguo, lo urbano y la memoria patrimonial. Su insignia radica en lazos del pasado y presente, donde los recorridos hacia atrás en el tiempo se convierten en el corazón latente de su arte. A sus 29 años, Santiago es un artista visual formado en el Instituto Tecnológico Metropolitano de Medellín, ITM. Actualmente, desempeña el papel de mediador en el Museo de Antioquia, al tiempo que da vida a una variedad de creaciones que exploran diversas técnicas artísticas.
Santiago ha sido un participante activo en una amplia variedad de iniciativas ciudadanas, incluyendo el Presupuesto Participativo y las convocatorias del Ministerio de Cultura. Su presencia también se ha extendido por diferentes territorios, como las comunas 9 y 3, Buenos Aires y Manrique. En estos lugares, ha liderado proyectos relacionados con el patrimonio arquitectónico y la historia urbana.
“Mi tema de investigación ha sido la historia. Me gusta capturar lugares que se están deteriorando y darles ese toque antiguo con un tipo de fotografías llamadas estenopeicas”, relató Santiago para resaltar una de sus expresiones artísticas que implementa con un sentido arquitectónico. Además, aseguró que una de sus técnicas de ilustración consiste en recoger el polvo de las edificaciones antiguas y realizar una serie de dibujos con este tipo de material.
De igual manera, este artista también emplea técnicas de grabado, pintura, ilustración, muralismo y hasta la creación de videojuegos para dar forma a su expresión artística. Estas herramientas le permiten plasmar y materializar las experiencias documentadas durante los recorridos que emprende por diferentes territorios y puntos históricos.
La voz artística de Santiago va más allá de lo convencional al incorporar innovadoras tecnologías, como la realidad virtual, como un medio de expresión, un llamado a la reinvención del arte. Además, inspira a cada individuo a explorar y descubrir su estilo personal en el mundo artístico. “Yo también creía que no sabía dibujar o pintar, pero encontré profesores que me guiaron hacia la definición de mi propio estilo”, concluyó y subrayó la importancia de la orientación y el autodescubrimiento en el viaje creativo.
