De la época de la violencia de los años noventa y el narcotráfico, poco queda en el barrio Medellín Sin Tugurios, un mural alusivo a Pablo Escobar que recuerda el porqué de su creación, y la gran transformación que ha tenido este sector con los años, son el contraste entre un pasado doloroso y un presente de pujanza y convicción.
Compuesto por viviendas populares unifamiliares e inclinadas escalinatas decoradas con colores vivos, este barrio ubicado al oriente de la Comuna 9 es un símbolo de la superación del conflicto que azotó en décadas anteriores a la ciudad y que hoy es referente de acciones comunitarias que han favorecido a sus habitantes.
En él se destacan las canchas de zona conocida como La Maracana y la Parroquia de San Judas, que sirven de recuerdo a las nuevas generaciones acerca de un presente vivaz y un futuro en él que no tiene cabida los errores del pasado.
Los habitantes de Medellín Sin Tugurios han logrado hacer de su barrio un territorio de paz y progreso, en el que el compartir las decisiones, que benefician a la comunidad en general, es una cuestión de identidad y participación en la que todos tiene voz y voto.
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