Con este reconocimiento, el proceso democrático se convierte en ejemplo para las demás ciudades de la región.
Las jornadas de priorización de Presupuesto Participativo realizadas en enero de este año tuvieron la mayor vinculación de los ciudadanos en toda la historia de la ciudad, donde se obtuvieron 156.467 votos.
Los y las ciudadanos de Medellín priorizaron cerca de $230 mil millones en iniciativas para su territorio.
La Alcaldía de Medellín recibió un reconocimiento público internacional por parte de la Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos de la Universidad de Córdoba de España, gracias al trabajo realizado en las jornadas de priorización de Presupuesto Participativo de 2021, efectuadas entre el 15 y 28 de enero, lo que permitió destinar cerca de $230.000 millones a las necesidades de los territorios.
Las jornadas de priorización de Presupuesto Participativo realizadas en enero de este año tuvieron la mayor vinculación de los ciudadanos en toda la historia de la ciudad, donde se obtuvieron 156.467 votos.
“Estamos felices y orgullosos con este reconocimiento, porque le hemos apostado a que las nuevas tecnologías estén al servicio de la participación ciudadana, a mitigar el impacto de la covid-19 en la ciudad, a la movilización social y a consolidar la democracia imparable en las 16 comunas y los 5 corregimientos. En la Medellín Futuro estamos haciendo las cosas como se deben y trabajando para mejorar la calidad de vida de las comunidades”, manifestó el secretario de Participación Ciudadana, Juan Pablo Ramírez Álvarez.
La Cátedra Unesco de Resolución de Conflictos, organismo adscrito a la Organización de las Naciones Unidas, resaltó el trabajo realizado en beneficio de los territorios de la ciudad y los resultados obtenidos en el proceso de priorización del Presupuesto Participativo, donde se destaca la vinculación mayoritaria de grupos poblacionales que históricamente han sido discriminados como las mujeres, pasando de 24.966 votos en 2017 a 93.918 en 2021, y adultos mayores, que creció de 10.098 votos a 41.701 en los mismos periodos.
“Medellín había sido un ejemplo negativo durante mucho tiempo, pero es actualmente un ejemplo muy positivo de cómo es posible revertir una situación de criminalidad, de violencia y conflicto que perjudica el funcionamiento de la democracia. Este es un reconocimiento que hacemos desde la Cátedra UNESCO por la excelente labor que han desarrollado con la aplicación de un presupuesto participativo solidario que ha sido un reflejo de la justicia social”, indicó Manuel Torres Aguilar, director de la Cátedra UNESCO de Resolución de Conflictos.
Este año hubo una mayor asignación de recursos para las comunidades más vulnerables, ubicadas principalmente en estratos socioeconómicos donde se presentan mayores necesidades. En estas comunidades se registró mayor participación del proceso democrático: la comuna 1 - Popular tuvo una votación de 22.597 personas; la 6 – Doce de Octubre: 15.130, la 5 – Castilla: 12.082; la 3 – Manrique: 10.867 y la 13 – San Javier: 10.000 votos.
Las comunidades priorizaron recursos en seis ejes estratégicos: educación, salud, garantía de derechos, reactivación económica, apoyo alimentario y fortalecimiento a las bases sociales en los territorios, lo que permitirá mitigar el impacto generado por la pandemia en la ciudad y es por ello que la ejecución del presupuesto participativo para esta vigencia busca la reactivación social y económica de la ciudad.
El presidente de la JAL de la comuna 5-Castilla, Camilo Cruz, expresó que la clave estuvo en “la articulación con cada uno de los líderes de base, en cada uno de los barrios y demostrarle a la gente la importancia de participar y por qué participar, además de explicarle a la gente qué es lo que estaba haciendo, qué estaba votando y cómo incidir en los recursos del territorio, fue la clave para este exitoso proceso”.
Con este reconocimiento entregado por la Cátedra de Resolución de Conflictos de la Unesco, Medellín se convierte en referente en este tipo de procesos democráticos participativos para la región, lo que representa un reto para seguir trabajando por afianzar la democracia en los territorios y las políticas públicas que impacten la calidad de vida, a través de la inclusión y el desarrollo comunitario.
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