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Jorge Ovidio Arboleda

Calidad de ambiente significa calidad de vida


Un importante ejercicio comunitario para mejorar la calidad de vida de los habitantes del barrio La Esmeralda de Loreto, Comuna 9 - Buenos Aires, se viene llevando a cabo gracias a la iniciativa de un grupo de jóvenes que busca convertir las zonas afectadas por la contaminación que se genera por el mal manejo de residuos sólidos en áreas de esparcimiento y recuperación ambiental.


Dahiana Marcela Montoya, es la coordinadora y fundadora del colectivo de Jóvenes Ambientalistas, conformado por cinco instructores y más de 30 colaboradores en convite, que han realizado varias actividades de limpieza y recuperación en lugares como los linderos de la Quebrada La Esmeralda, la Cancha La Esmeralda y sus alrededores, entre otros.


“Hemos realizado jornadas ambientales, actividades de siembra, por ejemplo, alrededor de la quebrada para mitigar los olores que esta produce y mejorar el terreno aledaño (…) También hemos iniciado, con la ayuda monetaria y de colaboración de la comunidad, actividades de señalización para concientizar a las personas de no depositar las basuras de forma inadecuada en ciertos sitios del barrio”, aclara Montoya.


Es un proceso de autogestión que surge desde la preocupación de Dahiana Montoya al ver que en el barrio se estaban generando varias problemáticas de índole ambiental y con la ayuda de varios jóvenes iniciaron esta hermosa experiencia hace más de año y medio.


Con dinero que ha salido de sus propios bolsillos estos jóvenes han buscado talleres de formación con la empresa ambiental Conambiente, con quienes han recibido capacitaciones en el manejo de residuos sólidos, reciclaje, reforestación, siembra y sensibilización ambiental.


“Para nosotros ha sido una experiencia muy enriquecedora y para la comunidad también, a pesar de ha sido un proceso autogestionado, con ello hemos aportado nuestro granito de arena para mejorar las condiciones de vida de todos los habitantes del barrio y a la vez es muy satisfactorio ver como cada día más personas se unen a este fin”, concluye Montoya.


Gracias a todas estas jornadas de limpieza, que se llevan bajo criterios de bioseguridad y protocolos ambientales, poco a poco van transformando el panorama del barrio La Esmeralda, que a futuro se van a ver reflejado en un entorno armónico, tanto con el medioambiente como en la sana convivencia de todas las personas que allí habitan.


Fotos cortesía: Dahiana Montoya

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