El fútbol es una herramienta invaluable para inspirar sueños y pasiones en los jóvenes, al mismo tiempo que les enseña disciplina y pasión. Sin embargo, su impacto trasciende el campo de juego, ya que la formación futbolística en niños y adolescentes moldea sus personalidades y establece las bases para un futuro sólido durante su proceso de crecimiento.
El Club Deportivo Bahía respalda esta filosofía, una escuela de fútbol que entrena en la Unidad Deportiva Alejandro Echavarría y que acaba de celebrar 25 años de dedicación a la formación. Su fundador, Carlos Gonzalo Román, vivió un proceso futbolístico en su juventud, que incluyó etapas desde la Selección Antioquía Juvenil hasta la Selección Colombia Sub-20. Estas experiencias fueron determinantes en el camino que lo llevarían a fundar un club deportivo, contando con el apoyo fundamental de su madre.
En la actualidad, el club cuenta con seis profesores debidamente capacitados, quienes tienen la misión de guiar y entrenar a los aproximadamente 160 integrantes de Bahía. "Muchachos, vamos a educar a los niños, pero como personas, insistiendo en que el estudio va primero", enfatizó Carlos, ilustrando así la violencia que comparte con sus entrenadores y subraya la prioridad en la formación integral de sus jóvenes deportistas.
Por otro lado, los cuidadores de los niños, niñas y jóvenes también se articulan a los procesos que se viven en Bahía: “Ha sido una experiencia muy gratificante. Encontramos en Bahía más allá de un club, una familia”, aseguró Erika Arboleda madre de Thiago Giraldo quien hace aproximadamente dos años y medio ingresó al club deportivo.
El Club Deportivo Bahía es un gran ejemplo de cómo el deporte puede ser un motor para la construcción del ser, y una prueba de que cuando la educación y el fútbol se unen, el resultado es una generación lista para enfrentar con determinación los desafíos que les espera el mañana.
