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DEPORTE Y RECREACIÓN BAJO FANGO O POLVO

Reflexiones acerca de los escenarios deportivos del barrio 8 de Marzo

Un balón que se frena con los charcos de agua y lodo, un perro que se atraviesa en medio de una práctica deportiva, los cuerpos de los jóvenes que luchan por no pisar las grandes extensiones de fango y una patada que impulsa otro balón que pasa derecho por la deteriorada arquería y cae al vacío de un barranco.


Estas son situaciones del común cuando se reúnen los chicos del barrio 8 de Marzo a practicar fútbol en la cancha que la comunidad misma denominó como “El Tierrero”, único escenario deportivo del barrio que en la actualidad atraviesa un grave momento de deterioro y abandono.


“Es prácticamente imposible realizar los contenidos que se programan dentro de la guía curricular que el Inder nos proporciona, ya que cuando llueve no se puede utilizar en su totalidad debido a la cantidad de agua y barro que se depositan en ella desde las laderas aledañas”, explica Harry Bejarano Becerra, instructor deportivo del Inder.


Según Bejarano, las dotaciones que la entidad les brinda, como balones y conos plásticos sufren las inclemencias del clima y se desgastan con mayor facilidad. A las clases de fútbol, que se dictan los días martes y jueves asisten un promedio de quince jóvenes entre los diez y quince años de edad.


Malo si llueve y peor si escampa

El escenario fue construido por Obras Públicas del Municipio de Medellín hace más de 15 años, relatan sus vecinos y al principio fue muy bien recibido por la comunidad, pero con el pasar de los años ha sufrido un deterioro inminente que pone en riesgo la salud de quienes allí realizan sus actividades físicas o recreativas.


“Cuando hace invierno la cancha se vuelve una piscina de pantano y es imposible hacer algo en ella, y cuando es verano se forman cúmulos de tierra que el viento levanta y esparce por los alrededores, generando una gran cantidad de polvo que afecta a todos, sean animales o personas, porque es un polvo muy fino y se forman torbellinos de éste impregnando las casas, los carros y la gente, sobre todo al medio día y en las horas de la tarde que sopla con mayor fuerza”, afirma, John Edison Córdoba Cañola, habitante del barrio 8 de Marzo.


Sin espacios para el encuentro, sin soluciones a corto plazo

El enmallado que rodea la cancha se encuentra en muy mal estado, oxidado y con grandes faltantes, es evidente el abandono de las arquerías, sin malla que las recubra y con alambres que ponen en riesgo a cualquiera que las bordeé, el material de base de la misma es tierra amarillenta y desprendida que a simple vista deja mucho en que pensar acerca de a quién le corresponde su mantenimiento, ya que junto a la calle 47 E, dos cuadras más abajo, son los únicos “escenarios” deportivos de encuentro y recreación que la comunidad del barrio 8 de Marzo tiene.


“Nosotros hemos mandado muchas cartas a diferentes entidades del municipio y la única respuesta es que esta zona es de alto riesgo debido a la quebrada La Salada que pasa por debajo de la cancha, pero en los 25 años que llevo viviendo a lado de ella nunca ha representado una amenaza de ese tipo, y si no le meten mano es muy probable que esos jóvenes y niños que hacen el enorme esfuerzo por hacer uso de ella pronto estarán en malos pasos, ya que no tienen ni tendrán donde entretenerse de manera sana y constructiva”, concluye Córdoba.

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