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De ti depende que crezcan sanos y felices


Reflexiones y algunos tips sobre el cuidado de los niños


La llegada de un bebé a la familia es, primero, una bendición y después una oportunidad, única, de crecimiento, tanto para la madre como para la familia en general. La tranquilidad, el placer y la contemplación van de la mano con la responsabilidad, los cuidados y la correcta crianza de nuestros pequeños.


Sirva este espacio para reflexionar acerca de la importancia del seguimiento a nuestros hijos y algunas recomendaciones prácticas, que toda madre y padre deben de tener presentes y a la vista permanente en esta primordial etapa del crecimiento como personas.


Cuidado y educación de los hijos

El juego y la diversión son las cosas más importantes para un niño. Por eso, es importante que al menos en la primera etapa, el pequeño esté al cuidado de uno de sus padres, pues esta tarea no debe confiarse a terceros.


Son estos mismos quienes deben garantizar la seguridad del niño, tanto dentro como fuera del hogar, crear un espacio amigable en el que puedan explorar y desarrollar sus habilidades psicomotrices, sin enfrentar mayores peligros. Sin ánimo de exagerar en el cuidado de los hijos o cohibir su desarrollo, es importante tomar medidas preventivas en casa para hacer de ésta un lugar más seguro.


Es primordial guardar los elementos tóxicos, como productos de limpieza, medicamentos, químicos y, en general, sustancias nocivas, que se encuentren a la vista de los infantes. Recuerda que la curiosidad puede llevarlos a una intoxicación. Lo mismo ocurre con la protección de esquinas de mesas, puertas y demás terminaciones en ángulo o punta, las cuales puedan ocasionar un accidente, así como los implementos de cocina que representan un peligro como cuchillos, tijeras o abrelatas.

Si existen mascotas, hay que forjar una relación sana con éstas, no se recomienda que los niños jueguen con éstos sin la presencia de un adulto responsable. Hay que recordar que para que estas medidas de seguridad sean efectivas, se deben acompañar de una educación basada en la comunicación, el respeto y la comprensión.


Según Carolina Castaño, docente y coordinadora temática en la Corporación Educativa Combos, una organización social y democrática comprometida en la inclusión política, económica y cultural con y para las niñas, niños, jóvenes y mujeres de sectores empobrecidos de la ciudad, explica que en gran medida todo se reduce al amor y el compromiso.


“Estos dos factores desarrollan responsabilidades y obligaciones, de nada sirve concientizar a una madre del cuidado de su hijo, cuando los sentimientos esenciales acerca de su relación con el niño son inexistentes, es fundamental que los pequeños crezcan en un ambiente lleno de amor y compromiso, ya que de estos derivan los demás componentes que forjan una buena crianza y un cuidado adecuado, tanto en las primeras etapas de 0 a 6 años, donde el pequeño experimenta con el entorno, así como las etapas siguientes, en donde el pequeño desarrolla su personalidad.” Explica Castaño.

Es en el hogar donde el niño crea sus primeros lazos afectivos, forma sus bases culturales y da los primeros pasos para la consolidación de una personalidad propia. Según Castaño, en este proceso ningún padre está libre de errores. De ahí que estos seis consejos sean valiosos para guiar la educación y el cuidado de los infantes.


1. La autoridad no se impone, se gana. Procura que tus hijos no te tengan miedo. La autoridad debe basarse en una relación de respeto y no de intimidación. Si quieres ganar respeto y admiración, busca siempre dialogar en vez de enfadarte. Sentir que hay tiempo para compartir con ellos y para escucharlos, es un elemento determinante.


2. Más educación, menos coerción. Deja que tus hijos experimenten y aprendan de sus errores. Enséñales desde pequeños a tomar decisiones y a asumir sus consecuencias, determina las reglas del hogar con su respectiva sanción en caso de que se incumplan, buscar los espacios para mediar acuerdos, normas y límites, los cuales se deben respetar.


3. El tiempo es oro. El tiempo que dedicas para compartir con tus hijos vale más que cualquier juguete. Escúchalos, motívalos para que piensen y se cuestionen, estimula su mente, juega con ellos, hazlos sentir importantes y sobre todo, proporcionarles afecto, que logren sentirse queridos y reconocidos. Interésate por sus actividades, sus amistades y la manera en que utilizan su tiempo libre. Menos televisión, más juegos.


4. Evitar las contradicciones impide confusiones. Procura no contradecir a una autoridad delante del niño, bien sea el padre, la madre, la profesora o cualquier otra persona que cumpla este rol. Si estás en desacuerdo háblalo cuando él no esté presente, de lo contrario, estas generando desobediencia y confusión.


5. Corregir con amor. A veces el enojo te lleva a utilizar malas palabras con tus hijos. No caigas en el error de reprenderlos según tu estado de ánimo y evita los gritos. Cuando vayas a castigarlo hazlo con lo que más le gusta, no con agresiones físicas o verbales. Supervisa y cuidada lo relativo a su seguridad personal, ayúdales a identificar los lugares que representan peligro.


6. El cuerpo y mente como templo de fortaleza. Los pequeños necesitan recibir alimentos nutritivos en horarios regulares, llévalos al médico, realiza controles de crecimiento y por último, genera buenos hábitos para su descanso y actividad.


Ser papás no es un talento innato, es un aprendizaje, que a diario, requiere compromiso y paciencia.

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