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A las comunidades indígenas de Colombia les ha tocado resistir con valentía el asedio de los grupos armados ilegales y del mismo Estado; en épocas remotas, fueron esclavizados por los conquistadores españoles. Además, a lo largo de la historia han tenido que dar fuertes y violentas luchas en la búsqueda de la justicia, de la equidad y del respeto por sus comunidades y sus territorios. Hoy gozan de una justicia propia, son autónomos en sus espacios, pero aún la mayoría de ellos carecen de unas condiciones de vida dignas.
Estos y otros asuntos fueron recordados recientemente, cuando las autoridades del resguardo indígena Karmata Rúa, en zona rural de Andes, Antioquia, invitaron a los integrantes del Cabildo Mayor del Distrito de Medellín a celebrar sus 200 años de historia. Fue una linda ocasión en la que los cabildantes de la capital antioqueña tuvieron la oportunidad de escuchar sus historias, de conocer sus legados y de compartir con ellos toda una mañana en el coliseo de esa comunidad Emberá Chamí.
“Nací cuando estaban recuperando esta tierra, llegué a ser estudiante y docente del colegio de nuestra comunidad, he aportado y lo seguiré haciendo desde mi campo. Si sumamos todas estas fuerzas y expectativas, entonces seremos capaces de darle un cambio significativo a nuestro pueblo karmateño”, expresó el mandatario de esa comunidad.
Nuestros indígenas nos dan ejemplo del amor profundo y de la conexión y el cuidado por la naturaleza, en ellos se conservan enormes conocimientos ancestrales para mejorar nuestra vida, nuestras relaciones y para andar sanos y felices por el mundo.
A la salida del coliseo un miembro de la guardia indígena compartió con los invitados al evento un baño de plantas, que, según él, servían para purificar las energías, alejar los malos pensamientos y atraer las bendiciones del Universo. La mayoría de personas se dejaron bañar la cabeza del indígena con esa agua y agradecieron el detalle.
“Nos estamos enfocando en caminos distintos, estamos escuchando ruidos aparte y no nos hemos escuchado entre nosotros. Vamos a sentarnos las veces que sea necesario para llegar a un acuerdo para diseñar el plan de vida para nuestra comunidad”, reveló la máxima autoridad de la comunidad de Karmata Rúa.
Recordaron a los que dejaron huellas
En en encuentro los indígenas rindieron un sentido homenaje a sus personas mayores que en el pasado se destacaron por acciones que mejoraron la calidad de vida de ellos: elogiaron a sus historiadores, a sus líderes asesinados, a los médicos tradicionales, a sus exgobernadores, a las parteras que ayudaron en el nacimiento de todos ellos, a los cantantes y defensores de los pueblos indígenas, entre otros.
Parte de ese homenaje consistió en poner carteles alrededor del coliseo con las fotos y con pequeñas historias que evocaban las gestas de esos indígenas que hicieron historia en sus comunidades, pero que hoy ya no hacen parte de este plano terrenal, aunque siguen vivos en sus recuerdos y en sus afectos.
(9960) “Me quedé asustado cuando ví esas fotos de personas que murieron luchando por su pueblo”, expresó Hernán Pulgarín, cabildante de la Comuna 50 - San Sebastián de Palmitas.
Al mediodía los indígenas invitaron a los visitantes a un delicioso almuerzo, que fue la culminación de un enriquecedor compartir en el que ellos se expresaron y desahogaron sus sentimientos respecto a lo que les ha tocado vivir en sus 200 años de historia ancestral.
(Hay fotos de todos)
Los cabildantes se gozaron el encuentro
(99-64) Jorge Eliécer Meneses Londoño, presidente del Cabildo Mayor de Medellín
“Para mí el encuentro fue muy significativo porque ellos siguen apropiándose de su identidad, de su gente y con la esperanza de tener nuevas y mejores vidas para su comunidad, que los niños y jóvenes aprendan conocimientos nuevos. Me gustó mucho el valor que le dan a la tierra, que nosotros, los occidentales, no la apreciamos como ellos”.
Adriana María Giraldo Soto, cabildante de la Comuna 9 - Buenos Aire- de Medellín
“Fue una experiencia que no había vivido, es muy interesante saber cómo y de dónde vienen nuestros ancestros, vale la pena repetir algo así. Lo más triste es ver todas las necesidades que tienen los indígenas: económicas, de alimento, en salud…”
Libia Ruth González Arenas, cabildante de la Comuna 1 - Popular
“Aprendí mucho de la forma como trabajan en comunidad. Me gustó la fe que tienen en Dios y que en la misa había mujeres indígenas cantando”.
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