Nuestra arrogancia como seres humanos al creer, de forma errónea, que no dependemos de otras especies nos ha llevado a pensar que pequeños seres tan importantes como las abejas no son primordiales para nuestra existencia como especie, pero estamos muy equivocados.
Según estudios recientes en Colombia el 46 % de la población de abejas ha desaparecido en el país. Es una cifra peligrosa y alarmante que nos cuestiona acerca de nuestro papel como principales causantes de esta situación. “Usted como ser humano se tiene que preguntar ¿de donde salen los productos alimenticios que consumimos? (…) Las abejas fueron declaradas como el animal más importante del mundo, pues de ellas dependen muchas especies para sobrevivir, ya que son los grandes polinizadores “, explica Juan Sebastián Bedoya, apicultor, meliponicultor y tallerista en el Jardín Botánico Joaquín Antonio Uribe de Medellín.
Según Bedoya sin la labor polinizadora que ellas realizan nuestro desayuno diario se reduce en un 30 por ciento; así mismo, el 70 por ciento de las plantas dependen de su labor. Si las abejas llegaran a desaparecer nuestras posibilidades de sobrevivir como especie no pasarían de los cuatro años.
Legislación contra la vida
En el mes de noviembre del año pasado el Juzgado Primero Penal del Circuito con Funciones de Conocimiento de Cartagena ordenó al Estado colombiano en cabeza de sus entidades ambientales, agrícolas y de salud que con carácter urgente se detenga la extinción de las abejas en el país y, así mismo, se promuevan políticas para su protección ambiental y se establezcan las causas que afectan la supervivencia de estos agentes polinizadores.
Esto gracias a la tutela del abogado cartagenero Joaquín Torres. Hasta ahí todo suena muy bien y se pensaría que hasta alentador pero el pasado 20 de mayo, justo el día mundial de las abejas, de manera abrupta fue revocada esta ley que las protegía. Todo parece indicar que esta decisión se debió a un choque de conceptos sobre la regulación y la reglamentación de algunos insecticidas y de ingredientes utilizados en la industria de agroquímicos. Pero ¿qué es más importante que nuestra propia existencia?
Redes de colaboración en torno a las abejas
Algunos colectivos en Medellín ya están aunando esfuerzos para crear una red solida de apoyo a esta especie y muchas otras que cumplen importantes funciones ambientales y alimenticias. “Ya se han dado importantes pasos para crear una red de colaboración de protección en pro de una especie tan vital para el planeta como las abejas (…) No las mates, cuídalas y protégelas pues de ellas dependes en gran medida”, comenta Juliette Milena Alzate Ramírez, ingeniera ambiental y educadora ambiental del Jardín Botánico de Medellín.
Se estima que en Colombia existen en la actualidad aproximadamente 115.000 colmenas según cifras de la Federación Colombiana de Apicultores y Criadores de Abejas (Fedeabejas).
Proyectos cómo Flora – Santuario de Abejas, busca crear conciencia ambiental acerca de esta problemática que nos afecta a todos. A través de talleres, encuentros, charlas y producción agrícola, el proyecto busca que las personas conozcan la importancia de este animal y a su vez crear conciencia sobre su conservación y la de muchos otros.
Según Alzate muchas especies de abejas han migrado a la ciudad debido al uso de pesticidas, a la implementación de monocultivos en el campo o la deforestación de terrenos. “La más común es la Abeja Africanizada, que ya todos identificamos. Está también la Abeja Angelita, es una abeja nativa que no posee aguijón, es la que hace los tubitos en las paredes que se conocen como ‘churumbela o piquera’. La Nanotrigona, que también es nativa, no posee aguijón y es muy tímida. La Scaptotrigona, esta la podemos encontrar mucho en los huequitos de los postes; la Abeja Solitaria, que la podemos confundir con una mosca por su color verdoso metalizado y además se mantienen solas y no crean grandes colonias y por último los abejorros que también son grandes polinizadores”.
¿Qué podemos hacer para conservarlas?
Es importante crear el hábitat para que ellas se sientan a gusto y tengan los recursos para sobrevivir. Sembrar jardines con plantas nectaríferas u hospederas como: la Albaca, el Romero, la Manzanilla, la Caléndula, entre otras y si tenemos huertas dejar florecer alguna planta para que su flor sirva de alimento.
Comprando a productores agroecológicos estamos fortaleciendo la industria de insumos naturales y así ayudando a su conservación. Participando de los mercados verdes y campesinos de la ciudad y transmitiendo el mensaje de cuidado y respeto por estos animales que de manera máxima nos mantienen con vida y ponen, de forma literal, muchos alimentos en nuestras mesas.
“Actualmente los bomberos no están atendiendo emergencias relacionadas con las abejas y otros animales, pero nosotros como proyecto sí. La idea es que entre todos creemos redes de cooperación para proteger esta y muchas especies más que no hacen otra cosa que traer beneficios a nuestras vidas”, concluye Alzate.
Más información: Flora Santuario de Abejas (Facebook) Teléfonos: 3233572151 – 3148428418