El desplazamiento forzado se entiende como una situación que no ha sido elegido ni muchos menos deseada sino más bien forzada o coaccionada por los grupos armados al margen de la ley expulsándolos desde su lugar de origen en el campo o la ciudad.
Hablamos con Amparo Sánchez, Antropóloga y Magister en Filosofía, profesional de Corporación Región, entidad donde han trabajo todo lo concerniente a la violencia, víctimas, y el desplazamiento, en especial del intraurbano.
¿Tipos de desplazamientos?
Esta el desplazamiento voluntario o motivado en las sociedades que como la palabra lo indica es una exteriorización de la voluntad de buscar nuevos rumbos, conocer nuevas comunidades y mejorar su calidad de vida. Y está el desplazamiento por una situación forzada, por ejemplo, en el caso colombiano durante la década de los 80 y los 90 fue el período donde se registraron más desplazamientos forzados en el territorio. Para 2012, Colombia contaba con cerca de 7 millones de víctimas por desplazamiento forzado, siendo en su mayoría la población del campo la más afectada huyendo a las ciudades y cabeceras municipales, pero la ciudad no fue ajena a ese flagelo, ya que grupos armados en su afán de no dejar a la guerrilla empoderarse del territorio provocaron en el año 2002 el mayor número de víctimas del desplazamiento dentro de la ciudad o (éxodo urbano) palabra no utilizada hasta ese entonces en la ciudad. En Medellín, más que todo en las comunas 13 y 8 las bandas y grupos armados que por su afán de controlar la zona o territorio intimidaban, amenazaban, reclutaban y coaccionaban a las familias, provocando así el trasteo o desplazamiento.
Para el año de 1997 se reconoce en Colombia el Desplazamiento Forzado por grupos armados como un delito, con lo que se esperaba facilitar la identificación de las víctimas y con ello brindarles las garantías suficientes para que exijan sus derechos.
El 29 de junio de 2002, 450 personas fueron desplazadas en la Comuna 13, en el barrio El Salado, meses después se ejecutó la operación Orión orquestada y dirigida por el gobierno local y nacional. Esta población se asentó en la parroquia del barrio, hasta ese entonces la ley decía que era desplazado quien cruzaba la barrera de lo rural a lo urbano. Es decir, que estas personas a sabiendas que su desplazamiento fue a causa de grupos armados con violencia y coacción, cuando fueron a denunciar esta no se le acepta por lo que no cumplieron con los parámetros establecidos por la ley, recurrieron a una acción de tutela como mecanismo de protección de los Derechos fundamentales y una larga disputa jurídica y política para marzo del año 2003 la corte expide la sentencia T-268 la cual reconoce otra categoría de desplazamiento el desplazamiento intraurbano.
En Colombia se puede hablar de desplazamiento intraurbanos provocado por los grupos armados que en hechos de coacción provoca que la gente salga huyendo. Y es ahí cuando queda evidenciado los diferentes tipos de desplazamientos, masivo y gota a gota o individual. El desplazamiento masivo es un desplazamiento forzado en el mismo momento, que afecta a más de 50 personas del mismo territorio, lo que hace más visible esta problemática social del territorio. Otro desplazamiento menos conocido pero de igual importancia y que es posible que se de en mayor medida es el desplazamiento individual o “gota a gota”, que contrario al masivo se reconoce por ser inferior a 50 personas, familia a familia, en momento y circunstancias iguales y por el despojo para aprovechamiento de la renta. Esto esta asociados, vinculado y definido por el hábito de la guerra y la violencia (grupos armados al margen de la ley) que con el tiempo se tuvo que dar otra lucha para que se reconociera a estas personas que fueron desplazadas por bandas organizadas que se disputaban el territorio.
El desplazamiento se puede dar por situaciones como: amenaza directa, despojo de propiedad raíz o por miedo, lo que lleva a que de manera preventiva las personas sin ser amenazadas tomen la decisión de desplazarse con el fin de proteger su vida y la de sus familias. El miedo se configura como causa del desplazamiento.
Los impactos en la sociedad víctima del desplazamiento intraurbano son materiales (vivienda y enseres) y morales (sociales, educativos, culturales), además debe enfrentarse a la incertidumbre de encontrar un lugar para vivir.
El desplazamiento forzado parece menor frente a delitos como el homicidio, masacres, reclutamiento etc. Y ¿dónde está el Estado que con la Constitución de 1991 se comprometió a proteger y garantizar la vida digna de sus nacionales? El desplazamiento trae consigo desgracia, tristeza, desarraigo y sobre todo falta de pertenencia hacia las instituciones y entidades públicas.
Otras formas de desplazar
En la ciudad de Medellín vemos otro tipo de desplazamiento causado por el crecimiento urbanístico y los mega proyectos que bajo el principio de “prima el interés general sobre el interés particular” proceden con mecanismos poco equitativos y sin el estudio social que dicha obra requiere para iniciar, causan en esas familias un desplazamiento involuntario, ambos tipos de desplazamiento tienen algo en común: el desarraigo ya que se sale del territorio, sin un deseo, perdiendo el tejido social y emocional al abandonar el lugar donde desarrolló su proyecto de vida. Otro de los factores de injusticia con los mega proyectos, es la forma cómo adquiere los predios, sin tener en cuenta las vidas de quienes allí residían, transformándolas definitivamente para bien o para mal. En algunos casos estas familias logran rehacer sus vidas, pero gran parte de las familias no logran sanear sus derechos, y queda un sentimiento de duelo persistente.
Uno de los factores en este tipo de desplazamiento es la poca planeación y la falta de acompañamiento por parte de las autoridades en este tipo de problemática social. Entre los casos que ha conocido o han llegado a la Corporación Región están las de personas y familias que han sido víctimas de desplazamiento forzado intraurbano y de desplazamiento involuntario por proyectos urbanísticos, hechos que se le escapan a las autoridades en sus estudios y sensibilización del proyecto con las comunidades. Ejemplo de ello, son las personas que salieron por las obras del parque Bicentenario.
Es por esto, que es necesario hacer un llamado a la administración municipal y a las autoridades competentes para que en este tipo de obras no prime el interés particular sobre el colectivo, sino que se tomen las medidas y correctivos que garanticen la protección de las comunidades y vida digna, sin generar con ello desarraigo.